Entradas

Mostrando las entradas de 2025

Motivo

Tan solo fueron diez segundos para perderme en tus ojos, dejarme arrastrar por el remolino de tu cabello y entrar en la locura de mis recuerdos. Tan solo fueron diez segundos para encontrar el sentido de la vida, respirar el aroma del deseo y morir siempre en el intento de cada parpadeo, con el temor de perder tu imagen. Ahora quiero diez segundos cada vez, para que en esos lapsos se construya una eternidad. Esperaré lo necesario y pagaré el precio del destino para ser yo el único mortal que reciba tu beso divino y vivir atado a ese ciclo sin fin de tu belleza y tu amor, hasta el fin de los siglos.

Así

Noche de desvelo, buscada a propósito, pensando en tus palabras y volando entre tus anhelos. Tocando el cielo, acariciando estrellas; eso es lo que tengo y eso es lo que quiero. Tus ojos, tus labios, tu voz al pronunciar mi nombre… lo demás, todo lo demás, nace en un deseo.

Así es

  Te quiero porque lo siento, y porque no encuentro palabra más poderosa. Te quiero porque eres tú, y no me imagino al lado de otra persona. Te quiero porque, sin decirlo, me haces saber que tú también lo haces. Te quiero porque juntos somos uno, y siempre seremos amantes.

Duda

 A veces me pregunto si somos una estrella que no quiso caer, suspendida entre constelaciones que olvidaron su nombre. Tal vez seamos dos cometas que se cruzan solo una vez cada mil años, dejando una estela breve pero inolvidable. ¿Qué somos? ¿Un parpadeo en la vía láctea? ¿Un poema escondido entre los anillos de Saturno? Cuando pienso en ti, me siento trompo girando en tu recuerdo, y tú pareces un balero que no termina de aterrizar en la palma del corazón. Jugamos sin tocarnos, como si fuéramos parte de un juego antiguo que nadie recuerda cómo se gana. Y sin embargo… a veces creo que somos personajes secundarios de una novela que alguien olvidó terminar. Amores que se rozan entre páginas, buscando una historia donde sí se den el beso. Somos tal vez un globo de cantoya atrapado entre las nubes y un cielo que no sabe si dejarlo ir o abrazarlo. Tú, con tus silencios cargados de música, y yo, con mis palabras disfrazadas de estrellas fugaces. ¿Qué somos? No lo sé. Pero si algún día el...

R 1.0

Mamá… Sé que el tiempo ha sido inclemente con tu cuerpo y tu memoria, pero no hay un solo día en que no reconozca la fuerza que dejaste en nuestros pasos. Fuiste madre y padre, guía y refugio, arquitecta de un hogar donde nada faltó, aunque para lograrlo tuvieras que dejarte al último tantas veces. Tu voz —esa que aún busca historias en el radio— y tu risa suave cuando suena un acordeón, siguen siendo abrigo, mamá… abrigo como lo fueron en mi niñez. Hoy que la salud tambalea, y que a veces los recuerdos se te escapan como agua entre los dedos, quiero que sepas algo: cada instante contigo es un regalo que atesoro. No hay olvido que borre lo que sembraste, ni fragilidad que opaque lo que fuiste y eres. Ahora que eres bisabuela y el mundo parece más confuso, quiero que lo tengas muy claro: no estás sola. Estoy contigo, está mi hermana, y también está mi hermano… sí, él también, aunque no lo veas, está en cada gesto, en cada memoria que aún florece entre tus manos. Te amamos, mamá… con una...

News

Interrumpimos la calma del día para reportar un suceso inesperado: su risa. Sí, esa que estalló sin previo aviso entre tazas de café y murmullos distraídos, y que dejó en el aire una vibración distinta, como si algo importante —aunque invisible— hubiera ocurrido. Vecinos aseguran que el sol pareció asomarse con más ganas después de oírla, y que el tiempo, por un segundo, se detuvo a escuchar. La carcajada fue breve, pero suficiente para causar un leve desajuste en la normalidad. Se detectaron sonrisas espontáneas, suspiros largos y miradas que buscaron sin saber qué. Se desconoce su origen, pero se confirma su impacto: fue ella. Su alegría desordenó la jornada, cambió titulares internos y dejó en el aire la sospecha de que la belleza, a veces, se manifiesta como risa… y se vuelve noticia.

Mi Menilla

 Mi niña hermosa  Un vocho anaranjado  Una mañana con restos de lluvia Un muchacho nervioso y emocionado Una muchacha pálida pero con una sonrisa eterna Un ladrido de perro  Un sentimiento que no reconocía Una luz envuelta en cobijas Eso es lo que recuerdo del día en que llegaste, en el que mi vida también cambió, en el que dejé de ser niño y me convertí en un tío, no olvido esa primera vez que te vi, nunca olvidaré la primera vez que tomaste mi dedo, y no olvido jamás el amor que te tengo y la vida es buena conmigo porque en ella existes tú. Te amo mi niña!!! Y aunque el tiempo ha pasado y hoy ya eres una mujer, para mí seguirás siendo esa luz envuelta en cobijas que me enseñó a amar sin medida.

Se quedo

  Hay algo en mí, sí, algo que llegó sin aviso y que se quedó. Pero no se nota cuando río fuerte, cuando abrazo a los míos, cuando manejo con la música a todo volumen o cuando me dejo querer sin apuros. Sigo siendo el mismo: el que disfruta los pequeños momentos, el que se burla de sí mismo, el que ama con todo. No todo está en su lugar, pero lo que importa sigue firme. Hay días con más sombra, sí, pero también hay luz que se cuela por todos lados. Y mientras pueda seguir riendo, sintiendo, soñando, yo sigo aquí… como si nada, pero más vivo que nunca.

Valor

Te miro desde el camión, mientras en la banqueta barres tus pasos como quien no quiere dejar huella. Yo recojo lo que otros tiran, pero a ti… a ti te quiero juntar con cuidado, como si fueras el pedazo limpio de ciudad que se salvó del olvido. En cada vuelta me digo: “no seas güey, díselo ya”, pero me gana el silencio, como cuando la bolsa está rota y uno la levanta sin hacer ruido pa’ que no se riegue todo. No tengo flores, pero tengo olor a madrugada, a guantes sudados y a chamba bien hecha. Si supieras cómo me brillan los ojos cuando te asomas con tu cafecito al paso del camión. No traigo carrazo, pero mi camión canta, rechina y late, como mi pecho cuando pasas. Si tú quisieras, te recojo cada noche —no como basura, sino como tesoro perdido entre las calles de esta ciudad rota y hermosa.

Antes de que nos olviden

  No alcancé a volver a casa, mamá. El suéter que me tejiste quedó tirado entre los gritos, y mi libreta —la de espiral azul— aún tiene escrito el sueño de convertirme en historiador. No abracé a papá esa mañana, pensé que habría tiempo. No me despedí de mis amigos de la prepa, ni devolví el libro de poesía a Jacob ni a Claudia. El mundo se rompió de golpe cuando las luces se apagaron y el estruendo de las botas no traía auxilio, sino plomo. No veré mi título colgado en la pared, no veré las ofrendas en las islas por el Día de Muertos, no caminaré por la facultad de Filos con mis hijos tomándome de la mano. El futuro me fue arrebatado entre ráfagas. Fui un número de cuenta más en un pase de lista que el gobierno nunca hizo, una voz que creyó en la palabra y encontró la censura escrita en sangre. No caí por error, caí por pensar, por alzar la voz, por creer que México podía ser mejor. Mi cuerpo no volvió, pero aún hay huellas de mi paso en Tlatelolco, y una rabia su...

Receta 1.1

 No encontré un recetario exacto, pero lo intento: tomé una taza de aire, una pizca de valor y revolví despacio con palabras simples. Agregué una cucharada de tus sonrisas, un poco del temblor que me da cuando estás cerca, y puse todo a fuego lento, como se empieza a cocinar el amor: sin prisa, con cuidado. No sé si esto se sirve en taza, en carta o en silencio, pero lo dejo aquí como quien deja un pan tibio sobre la mesa. Me gustas. Y si tú también quieres, podríamos seguir preparándolo juntos… sin recetas, con las manos limpias y el corazón dispuesto.

Lejos

Nos fuimos soltando como se enfría el café olvidado en la mesa, sin discusiones, sin portazos, sólo dejando que los días pasaran. Aún quedan pedacitos de tus risas flotando en el aire tibio de esas tardes de verano, como si el calor guardara un eco de lo que fuimos. Si este adiós llega en una esquina cualquiera, que sea en una de esas por donde reímos tanto. Donde la ciudad nos vio tomados de la mano, sin saber que un día pasaríamos por ahí sin mirarnos. Tal vez entonces, al cruzarnos, nuestras sombras se reconozcan antes que nosotros.

Cómo se contempla una hoguera

 No sabías cómo mirarme.   Te descubriste lentamente, como quien no quiere ser vista del todo,   pero no me quitabas los ojos de encima,   esperando, tal vez, que mi rostro dijera lo que tus inseguridades temían escuchar. Pero no sabías lo que yo ya sentía por dentro.   Mi deseo no se arrastraba con pereza, no se encendía a medias.   Estaba ardiendo.   Desde antes de que bajaras el tirante, desde antes de que ese último pedazo de tela cayera al suelo. Y entonces te vi.   Toda tú. Tus caderas…   La manera en que se abrían ante la mirada,   como una promesa indecente, como una invitación antigua,   como un altar de fuego donde todo hombre quisiera perderse.   Y esas piernas tuyas, firmes, largas, llenas de historia y de fuerza,   como columnas vivas que sostenían no sólo tu cuerpo,   sino el peso del deseo que me lanzaste con solo estar de pie frente a mí. Tu vientre, tus pechos, tu piel,   todo era hermoso, sí. ...

Hoy

 Algunas veces queremos definirnos con una palabra, con un acto , con un momento, en tu caso es imposible, eres todo y brillas en cada enunciado, ríes, lloras, amas y no importa cuando suceda, siempre es siempre y tú eres eterna, podemos intentar decir alguna palabra que seas tú, solo se me ocurre: extraordinaria, pero también fantástica, sin olvidar increíble, la lista puede seguir y el amor crecer, tú sabes cuál puede ser tu límite, yo solo sé que nos falta mucho para tocar el cielo, conserva este momento y repártelo en cada minuto, congela este segundo y caliéntalo con tu latido, gracias querido ser de luz por tomar mi mano, gracias vida, por haber compartido contigo mil segundos!!!

Sin más

Que lejos están tus besos, que fríos se sienten los anhelos, el calor en tus brazos es un triste recuerdo. No dejan de pasar imágenes por mi cabeza, reviviendo los tiempos que se perdieron en el infinito, en aquel lugar sin sentido, que se aleja con el paso de los días y escuchando cada vez más lejos el sonido de tu voz. Palabras más, palabras menos, así se muere el presente al momento de enterarse que nunca seremos un poema, una rima o una oración, letras que mueren y con lágrimas se despintan al cálido parpadear del sol, deja ese recuerdo quiero y se parte de mi éter , se parte de lo que me espera al cruzar este mundo sin amor.

Besos y estrellas

Una a una contamos las estrellas en el cielo, jugamos a ponerles nombre y robarnos en algún momento unos besos, tener cerca tu mirada me hacía estar nervioso, no sé cuántas veces perdí la cuenta pero eso si, no fallaba en contar los besos, los primeros fueron con miedo y con mucho cuidado, buscando tu mejilla, respirando a tu lado y sellar tus labios, dos peces en el agua jugando, tu mano en mi mano me dio confianza de seguir buscando, en la segunda tanda de estrellas ya estabas ahora tú a mi lado, me guiaste la boca con la tuya y sentí tu aliento a frita madura, deseosa de probarla nuevamente, dos destellos, dos momentos, dos almas y unidas en ese momento, al final no supe cuántos fueron, solo sé que nos faltaron momentos para fijarnos en las estrellas, me perdí en tus ojos, me encontré en tus labios y así cada vez empezamos de nuevo, ahora sin miedo y con ese deseo de vivir en esos besos.

Hoy

 Hoy nos sentamos de frente y nos contamos todo con sonrisas, nos compartimos la alegría con miradas y nos deseamos lo mejor con nuestras manos entrelazada, hoy nos sentamos de frente y disfrutamos el cielo, nos encontramos mutuamente y nos perdemos en ese eterno parpadear que nos regala una vida a cada momento y nos renuevan las ganas de ser nosotros, hoy nos sentamos de frente y nos dijimos hola, nos abrazamos y nos volvimos historia, hoy nos sentamos de frente y observamos mil vidas juntos, repetimos en cada suspirar la fórmula y compartimos el infinito, cada quien desde su mundo. Hoy nos sentamos juntos y por fin nos conocimos.

Fe

Poder mirarnos de frente y saber que me perderé en lo profundo de tus ojos; viajar a paisajes remotos, mientras sin miedo me tomas de la mano, así sin decir nada seguimos en trance y dejamos que la luz del sol se apague, regresando cada quien a sus lugares y esperando a que haya otra oportunidad de que se besen nuestras miradas.

Trazo

Levanta la mirada y une los puntos uno a uno, deja que los demás veamos cómo va tomando forma tu mundo, una parte aquí, una parte allá y todo tiene sentido, con cada movimiento de tu mano, se va formando un destino, un figura aparece de tu mente al papel, un corazón que late con cada trazo de grafito, gracias por dejar que la belleza exista en tu mente, gracias por dejar que la belleza se quede en este mundo presente, siempre a través de tu ojo y de tu dibujo viviente.