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Mostrando las entradas de septiembre, 2022

Simple

Abrázame porque hoy prefiero no existir, ayúdame con esa caricia de cuerpo entero y las palabras silenciosas que siempre restauran mi alma, solo acércate como siempre, así de lento y sin saber nada, torpemente dame la mano y quédate, si quieres no hables, no me mires, tan solo quiero que junto a mi suspires y así sabré que no estoy solo, dame esa luz que tú tienes y deja que el día haga el resto, un momento, un fugaz destello, ese tan tuyo gesto con la boca, solo se tu y abrázame como solo tú lo haces.

Charla

Vamos a hablarnos de frente sin máscaras, que las palabras sean lo menos que salgan, seamos dos personas que platican con la mirada que se sienten a cierta distancia y que sin saberlo saben todo del otro, sin miedos, sin tiempos y sin oscuridad, vamos a platicar con besos, que sean los pasos a seguir en el mapa de nuestros cuerpos y que recuerden poco a poco cada día y cada noche, cada caricia y cada mirada que nunca dijo nada, vamos a platicar a señas, dejando ver que siempre sabemos lo que el otro dice y quiere, sin importar climas, sin importar heridas, solo que le fin de dañar con esa comunicación que nunca lleva palabras.

Ella 2.1

 El respirar a tu lado es un eterno suspirar, que deja libre la mente y latiendo el corazón constante, solo pide que los colores llenen el paisaje, las flores sigan su vida y sin ninguna medida el mundo gire como quiera, deja que los latidos sigan con ese ritmo de tambores rojos, alcancen al tiempo en cada compás y sentimiento, se el sol quien de la entrada y la luna quien se quede despierta esperando un nuevo comienzo, deja que siga respirando a tu lado y siga soñando, deja que cada latido siga siendo un suspiro, deja que me duerma esperando el sol de tu mirada, deja que el día se funda contigo.

Deseo

Sin pensarlo los dos ciegos se miraron, sintieron esa electricidad recorrer sus cuerpos, viajar a las manos y desear como locos tocar el rostro del otro, dejarse saber que el deseo era compartido y la mirada ausente solo fue el camino de su destino, caricias lentas y planeadas recorrieron no solo sus rostros, alcanzaron el cuello, sus hombros y terminaron en un suspiro, que duró el tiempo necesario para conocer hasta los dedos de los pies, sin pudor se prestaron sus cuerpos, sin miedo dejaron que sus bocas siguieran el juego y sin pensarlo se vieron, se conocieron, supieron en donde estaban, en donde hacer pausa y en donde quedarse el tiempo suficiente para desearse más, se miraron sin mirarse, se tuvieron la paciencia de las lunas y llegaron juntos al punto sin retorno de por fin hablarse con palabras.