Deseo

Sin pensarlo los dos ciegos se miraron, sintieron esa electricidad recorrer sus cuerpos, viajar a las manos y desear como locos tocar el rostro del otro, dejarse saber que el deseo era compartido y la mirada ausente solo fue el camino de su destino, caricias lentas y planeadas recorrieron no solo sus rostros, alcanzaron el cuello, sus hombros y terminaron en un suspiro, que duró el tiempo necesario para conocer hasta los dedos de los pies, sin pudor se prestaron sus cuerpos, sin miedo dejaron que sus bocas siguieran el juego y sin pensarlo se vieron, se conocieron, supieron en donde estaban, en donde hacer pausa y en donde quedarse el tiempo suficiente para desearse más, se miraron sin mirarse, se tuvieron la paciencia de las lunas y llegaron juntos al punto sin retorno de por fin hablarse con palabras.

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