Multivac dice: Una con papá
Recuerdo solo una tarde, con mucho calor y sin saber como regresarme, ver a mi papá jugar básquet y muchos años después saber que el era el héroe de muchos; “El Blackie” le llamaban, miembro de la selección delegacional y regional, especialista en los rebotes y buenos tiros, pero ahí me encontraba yo solo y sin saber lo que sucedía en la cancha, solo sufriendo por la aquejante sed, buscando sin encontrar quien me ayudara y sufriendo de veras en mi infantil vida, pues a los cuatro años que mas puedo hacer, si lo recuerdo aunque ni yo mismo me lo crea, también recuerdo como vino a mi la solución, si en un charco que estaba junto a uno de los postes de la cancha, en este episodio también recuerdo cuanto me tarde en tomar una decisión y me di cuenta en muy baja medida de lo que es el miedo, sin más me decidí a beber de esa asentada agua de charco, tan limpia (según yo), tan atrayente, tan fresca y lo que más recuerdo es que cuando ya casi tocaba con los labios ese charco transformado en oasis, alguien me tiro de l brazo y entono mi nombre de grave manera – Samuel, que chingados haces? – era mi padre que después de un rato se percato o más bien recordó que ese día había yo ido con el al juego, me regaño creo, esa parte no la recuerdo, pero inmediatamente fuimos a la tienda de doña Soco a comprarme un delicioso Boing de Guayaba, aún recuerdo la sensación de alivio y la mirada casi culpable de mi papá, regresamos al juego, pero después de ese episodio ya no me soltó la mano, vimos como gano su equipo y mientras el jugaba todos los “tíos” del equipo cuidaron de mi, jajaja, que bien es recordar, aunque solo sea una tarde, recordar esa tarde con mi papá.
Chido
Chido
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