A
No podía parar de mirarte, aunque apenas y te conocía, esa mirada que hipnotiza, esos ojos que son la envidia, perder el sentido con tu presencia, disfrutar segundo a segundo de tu aroma, saber que ya estaba perdido desde antes que dijeras tu nombre, pues la sonrisa que respiras dejo perdido a mi corazón, han pasado años, han pasado historias tuyas y mías, no juntos, pero si pérdidas, que me dicen que poco a poco encontraremos el camino, ese débil destino de niños, ahora puede ser un futuro maduro, no has perdido ese brillo en la mirada y tampoco ese sol en tu sonrisa, que más quiso será escuchar tu voz nuevamente, hablando de nosotros y que digas mi nombre, así cada día, por el resto de mi vida, no he podido dejar de mirarte, soy un ciego de ti.
Comentarios