Niebla

Cada vez que nos besamos baja la neblina, nuestros labios saben el camino y los cuerpos tiemblan a veces de miedo otra veces de frío, en ese momento en el que se necesitan, se abrazan, se funden, se tienen, buscando el aire que hace falta por ese sello eterno, por ese beso correcto, sin dejar escapar un instante, un toque, un movimiento, cada vez que nos dejamos de besar el mundo gira al revés, detiene nuestras mentes y las regresa al mismo lugar, sin duda contigo y conmigo de frente, rogando con todo su poder que volvamos a empezar, nos dejamos llevar y seguimos la vida con estos brazos, este movimiento, este parpadear, este respirar, un tierno besar.

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