La otra mirada

Con solo mirar su cuerpo sintió el ardor del deseo, un eterno fuego que recorrió todo su cuerpo y terminó en su cabeza, una explosión de deseo y pasión que con solo mirarla ella también gozo, en esa mirada se fundieron ambos, se hicieron uno, se amaron sin freno, besos, mordidas, toques atrevidos fue lo menos que se hicieron, al cerrar los ojos regreso a la tranquilidad, regreso a contemplar solo su cuerpo, deseando cada noche que se quedarán tranquilos y empezaran las miradas.

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