6.7

Al besarnos las dos lunas se rompen en cristales de ilusión sobre la laguna del deseo de nuestros cuerpos, queriendo ser eternos, queriendo ser un solo grito e la oscuridad, una salida, una nueva vida. Las leguas juegan ese juego que duele, un dolor que me pide más, una salida de este mal, un encuentro que ya no es casual, llevándome al cielo, haciendo que no tengamos mas sueños. Saliva a saliva, mordidas lentas y cuidadosas, besos repetidos y sin miedo, besos que mutilan la respiración, besos que me llegan realmente al corazón...

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